sábado, 20 de febrero de 2016

El amor por el papel verde dólar

En las oficinas del Times ya no se respiraba el humo de los cigarros de los ajetreados y pasionales periodistas que años atrás poblaban su redacción. Me congratuló volver a ver aquel amasijo de hierros en el que había pasado algunas de las mejores horas de mi vida.
Arriba, en la planta principal, me esperaba Mark Thompson el director del hoy modernizado, New york Times.
Una imagen excitante para los amantes del periodismo

Al vernos rápidamente nos estrechamos la mano, y Mark lanzó una pregunta cómplice:

- ¿Que te parece Tom? ¿Lo notas muy cambiado?
- Caray, Mark, pues si, esto parece una empresa de software más que un periódico.
- Bueno Tom, ten en cuenta que llevas 20 años fuera de esto, has estado tanto tiempo en el caribe escribiendo novelas que quizás hayas olvidado lo que es la prensa.
- No lo creo Mark, la prensa, el periodismo, eso era mi vida, y nunca me abandonará. Pero echo de menos unas cuantas máquinas de escribir, montones de folios apilados en las mesas, la clásica pompa de humo propia de las redacciones, los gritos y carreras de los redactores...Esto no parece un periódico ahora.
- Tom, Tom, todo eso acabó, los que empezaron en los 60 parecen no querer entender la evolución que este negocio ha sufrido...
- ¿Negocio?...Le interrumpí sorprendido
- Déjame explicarte Tom, esto ya no son los 70, ni los 80, la prensa en papel ya no se vende, nadie paga por leer lo que un pobre diablo como tu o yo podemos escribir. Ahora dependemos de la financiación pública y privada, la plantilla es más corta, la mayoría son colaboradores freelance. Hay tanta información disponible a tiempo real, que es casi imposible generar interés en información pura, o en opinión argumentada...
El producto del amado periodismo 2.0


- ¿Y no te parece triste Mark? pregunté
- No es triste, ni mucho menos, ahora hay nuevas oportunidades de negocio, y son hasta cierto punto muy simples. Si te das cuenta, las nuevas generaciones cada vez aprecian menos la literatura, el arte...ya pocos leen, no hay interés en la cultura, son infinitamente más manipulables, a través de contenidos audiovisuales y multimedia los convertimos en consumidores potenciales de los intereses privados que nos sustentan. Ahora el periodismo es un negocio más eficiente, y a la larga cada vez más rentable según la línea que separa publicidad, manipulación e información se hace más tenue hasta llegar a desaparecer. Eso es el periodismo 2.0.
- Sinceramente Mark, si todo lo que dices es verdad, y ya nadie se interesa en leer la prosa profesional y pasional de un periodista, si ya no rechina la máquina de escribir, ni huele a humo. Si ya no hay un periodista al lado de una línea telefónica gritando "póngame con un mecanógrafo" a altas horas de la madrugada desde cualquier antro de mala muerte. Si solo interesa vender, y no informar, ni ilustrar, ni apasionar. Si ya no se hace investigación periodística porque cualquier ciudadano con un móvil puede levantarte la noticia a través de una red social. Si no podemos opinar porque los que nos financian coartan nuestra libertad. Si los periodistas ya no tienen la dignidad de pertenecer a una familia llamada periódico y se tienen que buscar la vida malvendiendo su talento a través de la red donde cualquiera puede escribir. Si todo lo que dices es verdad, y las nuevas generaciones son ciborgs manipulados, si ya no queda romanticismo, ni pasión por la información, por llegar el primero, por escribir un texto que ilumine a una generación, o que convierta el mundo en un lugar más justo, si ya no se ansía el pulitzer.
Destrozando el legado del periodista de verdad


Si nadie logra crear algo único pero en formato clásico, que rompa la cerradura del prostíbulo donde hoy en dia trabaja el arte. La prensa en papel no será nada, el legado de los grandes periodistas morirá, no habrá más periodismo y si publicidad y marketing, y el único papel por el que sentiremos amor...será el verde del dólar.

Andrés Illescas