lunes, 16 de mayo de 2016

Tinta Libre: El cuestionable don de la inocencia

Hoy en mi sección tinta libre rescato una breve sinopsis que surgió en mi cabeza dos años atrás, eran tiempos de claroscuros, y dudas. Por eso este relato está plagado de ironía, crítica satírica y reflexión global.

Espero que sepáis apreciarlo.

El Cuestionable don de la inocencia 

Corrían tiempos difíciles. En las capitales europeas se escuchaban con asombrosa frecuencia las sirenas de alarma. Demasiada...considerando que se trataba del primer mundo, gentes civilizadas...por dios...Una anciana con un caniche de estética kitsch, trataba de correr- al menos lo intentaba- hacia el refugio antiaéreo más cercano. Los chiquillos, con esa inocencia tan suya; arrancaban al sprint simulando dispararse, entorpeciendo el camino de la mujer, hasta hacerla besar el suelo. Los jóvenes fácilmente alcanzaban la protección del hormigón armado con la presteza debida. Sin embargo, ella fallecía inevitablemente a causa de un proyectil alemán. Mientras esto sucedía, ante la indiferencia del resto, los niños discutían emocionados sobre su futuro en el ejército una vez la trampilla del refugio se cerraba.



Por suerte, la guerra acabó. Los aliados recuperaron las tierras tomadas por el ejército nazi. En medio de la desorganización política y demográfica, un pequeño espacio situado entre Polonia y Austria no fue reclamado por ninguna de las naciones europeas. De este modo nació Freeland, la tierra de nadie. 
Los habitantes de esta zona entre valles se encontraban confusos ante la bizarra situación. Durante años nada había funcionado con normalidad, y tras el conflicto armado eran libres para enfrentarse a sus miedos y esperanzas.

¿Qué sucede cuando durante décadas evitas la educación competitiva y capitalista?...Sus nobles gentes encontraron una respuesta sencilla- al menos desde su punto de vista. La inocencia les condujo a emplear el más común de los sentidos, valga la redundancia "el sentido común". La organización se basó en la lógica, cada cual desempeñó sus habilidades en beneficio común. Decidieron situar al sabio anciano como cabeza política, y un sistema asambleario para la toma de decisiones.


Durante décadas todos los males que las sociedades de todas épocas y lugares habían acusado, permanecieron ausentes en freeland. Las nuevas generaciones percibian a sus vecinos como hermanos, la competitividad desapareció en favor del bien común. La crítica constructiva, el debate y la dialéctica funcionaban como canal de desarrollo.

Se asemejaba a un anuncio de agua mineral...todo era paz, "los pájaros acudían a los ventanucos de las casas mientras las familias elaboraban sabrosas tartas de frutos silvestres". Las heridas del alma se curaban con el arte. Grandes pintores, escritores, y músicos surgieron de la abandonada región europea.


Cierto es que no gozaban de todos los bienes materiales habidos y por haber. Pero siendo justos, quien los necesita...La ilusión, la pasión...en síntesis...la felicidad; es lo único que realmente necesitaban y verdaderamente lograron. Un alma vacía no se llena con cosas. Solo encuentra el cenit en los momentos, las sensaciones y los sentimientos. La coraza superficial que frecuentemente protege el suave interior, se vio derruida ante el apabullante microcosmos creado en la célebre tierra de nadie.


...

Sin embargo...todo lo bueno se acaba. Una tormentosa mañana de Septiembre, los principales diarios europeos acabaron por percatarse de la existencia de la tierra desconocida. Los titulares fueron escalofriantes "Dictadura militar en el centro de Europa", "Los comunistas crean su comuna en parcela Europea". 


La Otan movilizó sus tropas esa misma tarde. Naciones unidas se pronunció ante los "graves delitos contra los derechos humanos cometidos en Freeland". De hecho, no pudo acusar formalmente de genocidio al "satánico" anciano que "dirigía con puño de hierro" el país, por falta de pruebas materiales al respecto.



Así terminó este éxtasis onírico...la pequeña parcela centroeuropea fue anexionada a Austria. Y los antaño felices pobladores de la misma, jamás quisieron comentar nada sobre aquellos 30 años. Caminaron con la cabeza gacha durante el resto de su existencia creyendo haber hecho un gran mal a la humanidad. Nunca hablaron a sus nietos sobre lo sucedido. Fue producto del cuestionable don de la inocencia.

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